Mariposa

Mariposa, que al principio no sabía qué hacer donde mirar

ni a dónde ir, morías de temor al saberte una presa fácil y mucho

esfuerzo te daba día a día el luchar por sobrevivir fuiste dejándote

llevar y al poco tiempo en un capullo de seda estabas envuelta,

te sumistes en un letargo profundo del cual los días se hacían

eternos y tus fuerzas comenzaban flaquear.

Mariposa, tan frágil y débil te ves ante mis ojos

qué bien se esa fragilidad se transformó en coraje y valentía

aquel día en que decidistes emprender tu vuelo y despertastes

de tu largo sueño en donde te encontrastes que no eras ya

la misma que un día sucumbió a ese letargo y te vistes hermosa

y colorida  fina y estilizada radiando tu hermosura con la que

múltiples colores dan vida a quien en tu vuelo te poses en su hombro.

Mariposa que el viento ni el roce de las hojas puedan dañarte

pues tu vida depende de tus bellas alas que vuelan delicadamente

por hermosos prados y jardines posándote en cada una de las flores

que habitan en este lugar.

Mariposa se libre y vuela desafiando al mundo para que te conozcan

y sepan que tu letargo solo fue un plácido sueño para dar paso a

tu belleza con ella una ventana hacia tu libertad, dejaras en cada

capullo tu presencia que me hará saber que seguirás en mi corazón

y cada vez que te vea volar por los aires sabré que aquella libertad

que tanto ansiabas lograstes encontrarla, y tu felicidad será la mía

porque supistes anteponerte a lo que tu creías que el destino se

había puesto en tu contra pensando que se habían olvidado de ti.

Mariposa mientras vivas disfruta de las cosas más simples y

bellas que la vida te puede entregar ahí radica realmente

la verdadera felicidad.

12 Oct. 2011    20.35 p.m.