En esta fría noche de otoño llegas a mí sigilosamente
ya cuando todos duermen, y entras a mi habitación
silenciosamente para no despertarme, duermo pero
siento que estás aquí porque tu perfume delata tu
presencia, te recuestas a mi lado casi sin mover mi
entorno y pones tu cabeza en mi pecho, te siento y
con mis manos puedo recorrer tu espalda, y mis
dedos que se enredan con tu pelo, acaricio tus
contornos, tu cintura que se muestra firme y frágil.
Abro los ojos y veo tu cara que me sonríe, te sostengo
en mis brazos y quiero besar tus labios morderlos con
mis labios de manera apasionada, de esos que solo dos
almas deseosas de placer se permiten,huelo tu perfume
que ya se ha impregnado en mi piel, tus brazos suaves,
y tersos me acarician, tus uñas se clavan en mi espalda
de manera violenta pero sin hacerme daño, siento que
fluye pasión en ellas, mis brazos se entrelazan con los
tuyos buscando ser protegida, beso tus labios, tu cuello
y lentamente bajo a tu pecho ese en que tantas noches
he descansado, te miro, te susurro al oído y te enamoro
en cada beso en cada caricia que
te doy, despertando
tus deseos, tu pasión, donde todo es permitido, donde
todo es entrega todo es seducción.
En tu pecho me quedo un largo rato donde solo siento
más intenso los latidos de tu corazón y tu respirar
cada vez más agitado.
Me encantas con solo sentirte, con solo oler tu piel
haces que todo sea una magica velada nocturna,
me buscas, te busco y así tus manos y mis manos se
funden quedando entrelazados, ya nada puede
detenernos en esta noche encendida, bajar e ir besando
centímetro a centímetro cada espacio de tu piel recorrer
tu vientre que quema con esta linda pasión,
esta noche has llegado a mi para ser amada.
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